CSIF reprocha a la consejera de Salud «su gran desconocimiento de la sanidad pública»
La consejera debería saber que las plazas MIR están acreditadas y las especialidades no se pueden cambiar de la noche a la mañana
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) critica el gran desconocimiento de la sanidad pública de la que ha hecho gala la consejera de Salud, Sara Alba, durante la rueda de prensa en la que ha informado sobre diversas cuestiones relacionadas con su consejería y de las novedades en el servicio de Urgencias del Hospital San Pedro de Logroño.
En este sentido, CSIF puntualiza sobre algunas cuestiones que no parece tener claras la consejera y que ponen en entredicho su idoneidad para el cargo.
Durante su comparecencia ante los medios de comunicación, la consejera de Salud ha dicho que su Gobierno “utilizará las 60 plazas MIR que autoriza el estado a esta comunidad autónoma para Atención Primaria”. Una afirmación que pone en evidencia el absoluto desconocimiento del funcionamiento del sistema de formación MIR (Médico Interno Residente). Para ello está el Ministerio de Sanidad, la Comisión Nacional de Especialidades y todos los controles que conllevan.
La consejera debería saber que las plazas están acreditadas y que la acreditación para formar un anestesista no se puede cambiar de la noche a la mañana por una acreditación de Medicina Familiar y Comunitaria.
En La Rioja, tenemos acreditadas 57 plazas: 20 de medicina de familia; 26 de diferentes especialidades hospitalarias; 7 de EIR (enfermería obstétrica, familiar y de salud mental); 1 de PIR (psicología clínica); 2 de FIR (farmacia hospitalaria) y 1 de análisis clínicos.
Este sindicato coincide con la consejera en que nuestra sanidad pública necesita más médicos de familia y también más especialistas, para un hospital cuyos recursos humanos están diezmados.
Los residentes que comienzan en 2020 terminarán su formación en 2024 o 2025, según la especialidad.
Si ahora tenemos déficit y una gran necesidad de médicos es debido a que, durante años, a los residentes que completaron su formación especializada no se les ofreció buenos contratos en La Rioja, por lo que muchos de ellos tuvieron que marcharse a comunidades limítrofes (Navarra, País Vasco), donde se les paga mejor, se les contrata en condiciones más dignas y estables y trabajan con menos sobrecarga asistencial y mejores posibilidades de desarrollo profesional.
La situación en la que ahora se halla La Rioja no es otra cosa que el resultado del maltrato histórico hacia los profesionales de la sanidad pública que les han dispensado nuestras autoridades, quienes han creído que todo vale para ahorrar unos euros en sueldos y contratos, pero lo que están consiguiendo es el empobrecimiento del Sistema Riojano de Salud.
Nuestros políticos siguen presumiendo de un sistema de salud que dicen “estar entre los mejores de España y el mundo”, como aseguró ayer en sede parlamentaria la anterior consejera del ramo.
Unos y otros se equivocan. El Servicio Riojano de Salud está en peligro porque durante años se le han negado recursos materiales y, sobre todo, humanos. Se ha descuidado a los profesionales de la sanidad pública riojana de todas las categorías y el actual gobierno no va por buen camino.
La actual crisis originada por la covid-19 ha conseguido poner en evidencia la mala salud de la sanidad pública riojana, como así lo demuestran los malos datos pandémicos que estamos sufriendo en nuestra comunidad.
El Gobierno tira de manual de propaganda política, mientras sigue desoyendo a las organizaciones sindicales criticas, las reivindicaciones de los profesionales y de los ciudadanos que reclaman una sanidad pública «digna y de calidad» como la que se merecen los riojanos.